Estoy tan feliz, tan feliz, tan feliz!!!!!!!!!!!!
No encuentro las palabras de alegría y emoción para describir lo que siento por la liberación ayer de los policías y militares secuestrados por las Farc, que llevaban catorce años pudriéndose en vida en las selvas de Colombia.
14 años se dice pronto ¿eh? Pero pongan el retrovisor y piensen en todo lo que han hecho en ese tiempo...
En mi caso por ejemplo, he cambiado de marido, profesión y países; mi hijo que era un niño que hacía lo que yo le indicaba, ahora es un hombre que toma sus propias decisiones; he aprendido otros idiomas; aunque no estoy a la vanguardia de todos los avances tecnológicos de hoy en día, por lo menos los aparatos tecnológicos comunes no me embisten; me han salido algunas canas y arruguitas, pero por suerte y bendita sea la cosmética existen los tintes y cremas; y así podría seguir hasta el infinito...
Los pasos de libertad
No fueron dos, tres o cuatro, como se especuló. Fueron los 10 últimos secuestrados de la Fuerza Pública -según las Farc- los que aterrizaron ayer en el aeropuerto Vanguardia de Villavicencio, a las 5:38 p.m.
Lentamente, lívidos, afeitados, vestidos con un overol verde militar y entre sonrisas y lágrimas, se fueron bajando, uno a uno, los militares Luis Alfonso Beltrán Franco, Luis Arturo Arcia, Robinson Salcedo Guarín y Luis Alfredo Moreno Chagüeza. También los policías Carlos José Duarte, César Augusto Lasso Monsalve, Jorge Trujillo Solarte, Jorge Humberto Romero, José Libardo Forero y Wilson Rojas Medina.
Todos, llevados del brazo por médicas del Ejército, fueron cruzando la pista de aterrizaje, agarrando bolsas, uno que otro bastón, colgando de la espalda, como capa, la bandera de Colombia y hasta acompañados por un zaíno o puerco de monte que llegó de la selva. Después pasaron a los requisitos de rutina y a las 6:28 p.m. salieron en un avión para Bogotá, al encuentro con sus familiares en el aeropuerto de Catam, adonde llegaron cercanas las 7 de la noche.
Según el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), a eso de las 4:45 de la tarde partió el helicóptero de regreso a Villavicencio, desde algún punto selvático entre los departamentos de Guaviare y Meta. En ese momento ya habían dejado atrás las cadenas, un alivio para ellos y para toda su familia, que llevaban en zozobra entre 12 y 14 años.
Desde el aire la exsenadora Piedad Córdoba, dijo a través de Twitter: "Todos quieren saltar del helicóptero. Llegaron a la libertad, cumplimos y ahora seguimos por la #PazColombia".
"Esto es una gran alegría, (...) vamos a estar con mi hermano, finalmente libre", declaró Diego Fernando Lasso, el hermano menor del sargento mayor de la Policía, César Augusto Lasso Monsalva.
El sargento de la Policía, José Libardo Forero en el aeropuerto de Villavicencio aseguró que estaba bien de salud y que desde el 11 de noviembre de 2011 las Farc le notificaron que sería dejado en libertad.
"Estamos ansiosos después de tanto tiempo y todo el proceso ha sido difícil, porque en las anteriores liberaciones estuvimos esperando que su nombre estuviera incluido", afirmó Víctor Manuel Rojas Medina , hermano mayor del intendente Jefe de la Policía, Wilson Rojas Medina, al conocer la buena nueva para su familia.
Ahora empieza una nueva etapa para los cuatro militares y seis policías, héroes de nuestra patria, un camino que ni siquiera me atrevo a imaginar. El reencuentro con sus familias, tantas cosas nuevas que se encontrarán, alegrías y desengaños también, porque no todos tienen la fortaleza para esperarlos tanto tiempo...
Cuando alguien habla mucho se dice: "Este habla más que un perdido cuando aparece", pues en Colombia lo cambiamos por: "Este habla más que un secuestrado cuando lo han liberado".