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jueves, 23 de agosto de 2012

Una chorrada de verano

Cuando puedo, me gusta leer de un autor su primera y más reciente obra, así puedo comparar si su estilo ha variado con el paso del tiempo, si a mi modesto juicio ha mejorado, o simplemente compruebo en la contraportada de los libros si como a cualquier mortal, el transcurrir de los años es igual para él.

Ahora estoy leyendo a Haruki Murakami pues llevaba tiempo sin leer autores japoneses, que tampoco es que haya leído mucho, sólo otros dos: Yasunari Kawabata y Kazuo Ishiguro.

Volviendo a Murakami, encontré que en su primera obra tenía una muletilla pegada: "la mar de..." Ella estaba la mar de tranquila, el traje le quedaba la mar de bien, la comida fue la mar de buena y así para casi todo, no sé si será error de traducción o efectivamente en su idioma adolece de la muletilla y la tradujeron con esa expresión.
También hubo otra cosa que me llamó la atención y es que en las dos obras (La caza del carnero salvaje y 19Q4) tiene una fascinación rara por las orejas. En la primera, las orejas son de una belleza que obnubila, y en la segunda, son horrorosas; lo curioso es que los dos personajes las esconden, una porque es consciente de la fascinación que provoca y la otra por lo feas que son.

En fin, que como el calor me da por hacer chorradas aquí les dejo mis orejas a ver que tal les parecen...


6 comentarios:

Sergio dijo...

ja,ja pues muy bien por tus orejas y sobre Murakami, no sé... Leí Tokyo Blues hace tiempo y no me impresionó pero tampoco me disgustó. Leí otra cuyo nombre no recuerdo pero me molestó algo que se saltase las normas occidentales de coherencia. Toda la novela realista y de pronto un gato se pone a hablar. Lo acepté como licencia oriental. Creo que es un autor interesante pero me gustan más los otros dos que citas. Aunque Ishiguro es más británico que japonés y pertenece a una generación de autores precisamente britis. Me encanta sea de donde sea, eso sí.
Por último y da mucho de sí tu "tontería" de verano, decir que todo autor tiene sus obsesiones y pronto percibes aquello que le fascina. Los seres humanos somos limitados, escritores o no. Orejas en este caso. Luego está que sepa hacer o no buenas variaciones sobre lo que le fascina. Yo actualmente leo otro libro de Sándor Márai, autor descubierto este año. Besos desde un verano que por fín se está dejando ver en toda su dureza.

Gemma dijo...

Pues dos orejas las mar de expresivas y quizás la prueba de que nada es idéntico, las orejas son distintas una de otra, las novelas seguro que conservan el estilo o no del escritor pero en todo caso nos hacen vivir cosas diferentes, y las muletillas son la mar de varipintas aunque mantengan en este caso la premisa de exagerar algo.

No he sido muy fiel a los escritores japoneses en lectura, sí me ha gustado alguna película en la que la lentitud de las escenas paisajísiticas es prodigiosa.

Un beso Parcerita.

Novicia Dalila dijo...

jajajajaja ¡¡¡nuna voy a ser una escritora de renombre mundial¡¡¡ A mi las orejas no me llaman nada a no ser que sean de soplillo o "desabrochadas" que me desconjono sin remedio...
A mí lo que me llama mucho mucho mucho son los ojos. Es lo que más :D
Parce, tú tienes unas orejas fantásticas (normales, que ya es :D)

Un beso muy fuerte.... Estoy esperando que me cuentes eh??? :D

Annie dijo...

Sergio coincido contigo, me gustan más los otros dos. Este tal vez por la expectativa tan grande que tenía, no acaba de convencerme.
En cuanto a Sándor Márai también lo descubrí este año por recomendación de mi gordo y me encantó, en especial "La mujer justa".

En cuanto a mi chorrada de verano te cuento que no soy de las que me fijo mucho en las orejas, pero modestia aparte, es de lo más bonito de mi cuerpo que tengo jajajajaja

Besos mágicos cargados de energía positiva

Annie dijo...

Gracias Gemma por lo que me toca en cuanto a mis orejas...

Tienes mucha razón en cuanto a lo que dices que las novelas nos hacen vivir cosas diferentes y eso es con lo que nos debemos quedar, yo es que soy muy quisquillosa para ciertas cosas.
Recuerdo que cuando leí la trilogía Millennium de Stieg Larsson, lo que me desesperaba era que todo lo "regaba con vino" hasta la hamburguesa más simple que lo único que la acompaña bien es una coca-cola, no, él la regaba con vino, por decir la acompañaba, pero él utilizaba esa expresión "regar con vino".

Besos mágicos parcerita

Annie dijo...

Parce si lo dices por los concursos en los que participamos estoy de acuerdo contigo. La gloria y el reconocimiento no es lo nuestro jajajajajajajajaja

Vuelve y juega que somos clones!!!! Como ya dije antes, a mí tampoco me llaman la atención las orejas, a no ser que sean como Dumbo y ahí si que no paro de reírme y si me dan tiro hasta les digo que si van a volar jajajajaja

En los ojos me fijo, pero no tanto como en las manos, esas para mí son lo primordial.

Un besazo parcera de mi alma y recuerda que te quiero un montón