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domingo, 10 de noviembre de 2013

Mascarada

Es curioso que la persona que mejor me conoce, en la que confío plenamente y a la que primero le cuento todo lo que me pasa, sea alguien a quien no conozco personalmente.

Jamás hemos tenido un face to face en los casi siete años que llevamos de conocernos, ahora ya no estoy segura si son siete, seis o cinco, qué mas da, si me parece que la conozco de toda la vida...

Hace una semana tuve una experiencia muy fuerte para mí, algo que seguramente lo han vivido o lo viven en la actualidad muchas personas, que a lo mejor no tiene trascendencia para el común de la gente, pero que yo no voy a poder superar en mucho tiempo, incluso ahora que escribo, supuestamente con cabeza fría, no puedo evitar que los ojos se me encharquen al recordar ese momento.

Le escribí un correo contándole a grandes rasgos lo que me sucedía y al día siguiente me llamó. Me escuchó, me dio su apoyo, me animó; en síntesis, me hizo saber que ahí está para mí, que dentro de nuestras limitaciones, puedo contar con ella y eso se agradece un montón, porque el sólo hecho de hablarlo me es de mucha ayuda.

Días después pude hablarlo con alguien más, (mi mamá entre ellas) pero sentí que todas pasaron de mí, como si lo que me sucede no fuera importante, como si yo tuviera que aceptar mi vida tal como es ahora sin derecho a protestar, ni a decir ni mú. Es como si tuviera la culpa de esta situación, o que me angustio por nada, no sé, mejor no pensar...

Ya sé que no sirve para nada llorar ni lamentarme. También sé que no hago nada (ni lo haré) para cambiar la situación, y que por mucho que piense, me preocupe o lo que sea, todo seguirá igual por mucho tiempo.

Todos los que me rodean o me conocen creen que soy feliz, incluso la semana pasada dos personas distintas me dijeron el mismo día que no me imaginaban llorando o de mal humor, creo que será porque siempre estoy riendo y tratando de infundir positivismo a mi alrededor, lo que no saben es que soy como Garrick...



REÍR LLORANDO

Viendo a Garrick -actor de la Inglaterra-
el pueblo al aplaudirlo le decía:
“Eres el más gracioso de la tierra,
y más feliz…” y el cómico reía.

Víctimas del spleen, los altos lores
en sus noches más negras y pesadas,
iban a ver al rey de los actores,
y cambiaban su spleen en carcajadas.

Una vez, ante un médico famoso,
llegóse un hombre de mirar sombrío:
sufro -le dijo-, un mal tan espantoso
como esta palidez del rostro mío.

Nada me causa encanto ni atractivo;
no me importan mi nombre ni mi suerte;
en un eterno spleen muriendo vivo,
y es mi única pasión la de la muerte.

-Viajad y os distraeréis. -¡Tanto he viajado!
-Las lecturas buscad. -¡Tanto he leído!
-Que os ame una mujer. -¡Si soy amado!
-Un título adquirid. -¡Noble he nacido!

-¿Pobre seréis quizá? -Tengo riquezas.
-¿De lisonjas gustáis? -¡Tantas escucho!
-¿Qué tenéis de familia? -Mis tristezas.
-¿Vais a los cementerios? -Mucho… mucho.

-De vuestra vida actual ¿tenéis testigos?
-Sí, mas no dejo que me impongan yugos:
yo les llamo a los muertos mis amigos;
y les llamo a los vivos, mis verdugos.

Me deja -agrega el médico- perplejo
vuestro mal, y no debe acobardaros;
tomad hoy por receta este consejo
“Sólo viendo a Garrick podréis curaros”.
-¿A Garrik? -Sí, a Garrick… La más remisa
y austera sociedad le busca ansiosa;
todo aquel que lo ve muere de risa;
¡Tiene una gracia artística asombrosa!
-¿Y a mí me hará reír? -¡Ah! sí, os lo juro;
Él sí; nada más él; más… ¿qué os inquieta?
-Así -dijo el enfermo-, no me curo:
¡Yo soy Garrick!… Cambiadme la receta.

¡Cuántos hay que, cansados de la vida,
enfermos de pesar, muertos de tedio,
hacen reír como el actor suicida,
sin encontrar para su mal remedio!

¡Ay! ¡Cuántas veces al reír se llora!
¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
porque en los seres que el dolor devora
el alma llora cuando el rostro ríe!

Si se muere la fe, si huye la calma,
si sólo abrojos nuestra planta pisa,
lanza a la faz la tempestad del alma
un relámpago triste: la sonrisa.

El carnaval del mundo engaña tanto,
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto,
y también a llorar con carcajadas.

Juan de Dios Peza

lunes, 28 de octubre de 2013

Me dejo ir...

Tengo muchos defectos, pero si algunas virtudes puedo rescatar de mi personalidad, es que soy agradecida y leal. También podría decir de mí que cuando quiero a alguien, le quiero con todo el paquete incluido.

Estoy convencida que desde el inicio de mi relación con mi adosado y hasta hace un par de años, él me quería más a mí que yo a él; ahora creo que se le ha dado la vuelta a esa tortilla... 
Lo que me angustia no es que yo sienta que ahora lo quiera más, sino que el aumento de mi amor por él sea directamente proporcional a su abandono, desprecio, o desamor por mí.

Son pequeños (y grandes) detalles que voy sumando poco a poco hasta llegar a esa conclusión, de los cuales sólo citaré aquí el último, mas que todo para no olvidarme, para que algún día en el futuro lo vuelva a tener presente.

He empezado a hacer dieta y ejercicio (caminar) por enésima vez, ahora es por necesidad, porque de seguir como voy, pronto no tendré que ponerme.
Lo bueno es que en esta ocasión tengo una amiga sumada a la causa, eso me motiva más, pero el sábado me llamó para decirme que no podía acompañarme en nuestro paseo habitual y decidí que no me apetecía salir a caminar sola, cosa que he hecho siempre pero no me gusta, nunca me ha gustado.

Mi adosado empezó a pincharme. 
-Deberías salir a caminar.
-La M me ha llamado que no puede ir hoy.

Al rato.
-¿Por qué no vas a caminar?
-Hoy no tengo ganas.

Media hora o una hora después.
-En vez de estar aquí echada deberías ir a caminar.
-Si me acompañas, voy encantada.
-Yo no tengo ganas, además la que necesita caminar eres tú. (Él también lo necesita pero no le dije nada)

Cuando despertó de una larga siesta.
-¿No has ido a caminar? ¡Eres una vaga!
-C por favor, te lo digo de buena manera, ¡no me jodas más con eso!
Y acto seguido me fui a mi habitación a llorar y a revolcarme en mi propia mierda...

Duramos enfadados todo un día. Dormimos culo con culo y nos pasamos todo el tiempo hablándonos casi con monosílabos. 
Yo también, como cosa rara, recordando todas las veces que me ha hecho pasarlo mal, sus salidas de tono, los malos entendidos, las veces que me ha hecho sentir humillada, todo lo que dejé atrás por él, en fin, como ya he dicho, me revolqué en mi mierda y lloré a escondidas todo lo que pude. Él no se dio por enterado.

Ayer después de comer mientras veíamos el telediario le cogí la mano e hicimos las paces. Un beso y se durmió. Siempre se duerme en el sillón viendo la TV.

Me quedó dando vueltas ese desencuentro y cuando despertó ya noche, le pregunté:
-¿Tan difícil era disculparte?
-Yo no era consciente que te hubiera hecho algo malo.
-Pero sabías que yo estaba enojada y dolida por lo que me dijiste.
-Sí, pero pensé, ya se le pasará...
-Y sabiendo que con sólo decirme "lo siento" todo estaría bien, ¿me dejaste sufrir todo un día?
-Sabía que te estabas haciendo tus películas, pensé que le den... Risas (sólo suyas)

No le contesté, ya no dije nada más, no tiene objeto. 
Y es que una se empieza a cansar. 
De las promesas, del amor, de la vida.
Y entonces es cuando una se deja ir, y ya no espera NADA...

jueves, 17 de octubre de 2013

¿Por qué a mí?



"¿POR QUÉ YO?
-Ven conmigo. ¿Precious?
-No
-¿Perdón?
-Me han dicho que soy cero positiva. No tengo nada que escribir.
-¿Tu hijo está bien?
-Sí, pero tengo que dejar de darle de mamar.
-Una vez me dijiste que te gustaría contar tu historia, escríbela.
-¡Que le den! Usted sabe por lo que he pasado. Nunca he tenido novio. Mi padre decía que se casaría conmigo, ¿cómo iba a hacerlo? Eso es ilegal.
-Escribe.
-Estoy harta señorita Rain.
-Si no lo haces por ti, hazlo por los que te quieren.
-Nadie me quiere.
-La gente te quiere Precious.
-Por favor no me mienta señorita Rain. El amor no ha hecho nada por mí. El amor me ha pegado, me ha violado, me ha llamado animal, me ha hecho sentirme inútil, me ha hecho enfermar.
-Eso no era amor Precious. Tu hijo te quiere, yo te quiero. ¡Escribe!"

Aunque no me han diagnosticado que sea seropositiva, ni me aqueja ninguna enfermedad grave, por estos días yo tampoco tengo nada que escribir... 

viernes, 4 de octubre de 2013

Conexiones

Hay días en que las conexiones sociales fallan. Es la soledad, que se apodera de la mente. A la soledad le gusta estar a solas con uno y luego llega otro y al mínimo movimiento extraño, el otro explota. Entonces ya no hay nada más qué decir. El de allá queda así y el de acá queda asá, aunque se tengan cariño. 

Cosas esas de saberse humanos. Por eso no son necesarias las palabras. Basta el silencio y una cama inundada de lágrimas. Mañana será otro día. Pasado mañana también. Hoy se irá yendo al pasado, como se va quedando atrás todo. Ya se nos olvidará un día, hasta cuando la soledad vuelva a recordarnos la necesidad de tenernos...

lunes, 23 de septiembre de 2013

De todo un poco...

Parezco una serpiente que muda su piel periódicamente y en una pieza, como si tirara de una media. Ellas lo hacen para crecer y además para reparar heridas y librarse de parásitos externos. Yo no he mudado mi piel para crecer, a no ser que engordar se entienda como tal, mi renovación va en el sentido que mucho de lo que era importante para mí en el pasado, ahora no lo es, de hecho pienso que ahora lo único que es realmente importante en mi vida son mi hijo y mi adosado. 

Quizás será por eso que ya no consulto mis correos con la misma frecuencia de antes, ni tampoco saco el tiempo para demorarme conectada a Internet a fin de visitar todas las páginas y blogs que me gustan, y mucho menos para contestar uno por uno los comentarios de los visitantes que tienen la amabilidad de tomarse la molestia de escribirlos. Se los agradezco de corazón y tan pronto pueda (dicen que mas vale tarde que nunca) les responderé como es debido, o mejor dicho, como ha sido mi costumbre.

He vuelto a retomar el facebook, aunque no con la misma pasión de antes cuando pensaba que era lo mejor que habían inventado en muchos años. Si bien gracias a esa red social me he podido reencontrar con amigos de infancia y adolescencia a los que les había perdido el rastro, porque la vida de todos da muchas vueltas y las comunicaciones otrora no eran lo que son ahora, tampoco es que la cosa sea para tirar cohetes.
No faltará el suspicaz que levante la ceja y piense que si hemos podido vivir sin vernos, hablarnos, oírnos y no saber nada de nada los unos de los otros, qué sentido tiene ahora revivir lo que tiene tufillo a muerto desde hace tantos años, pero sigo siendo muy boba y soñadora para ciertas cosas, y todavía me hace mucha ilusión el reencuentro con amistades de vieja data.

Cambiando bruscamente de tema, por estos días estoy volviendo a leer a Rousseau por enésima vez, y como siempre me pasa cada vez que lo releo, me hago las mismas preguntas: ¿Cómo es posible que el mismo tipo que se inventó la pedagogía como una forma de progreso, (Emilio, o De la educación) haya abandonado a los cinco hijos que tuvo en un orfanato? ¿Cómo uno de los precursores de la edad de la razón, se dejó arrastrar por sus pasiones de tal manera?
Pero luego dejo de mirar la paja en el ojo ajeno y me miro la viga en el mío y pienso que soy igual o más contradictoria de lo que él fue.
Pienso en mi gordo tan lejos de mí, en mi ex al que dejé literalmente abandonado a su suerte sin ni siquiera pestañear, en mi adosado al que siento que amo infinitamente pero a veces también odio al mismo tiempo, y la viga se hace tan inmensamente grande que no sólo me saca el ojo de su órbita, también se me clava en mi fibra más profunda y me duele, me duele mucho, algunos días más que otros...

sábado, 7 de septiembre de 2013

Tramontana



Conocí a Neus cuando llegué a España, y desde que mi marido me la presentó en el portal me fascinó. Es una mujer encantadora, de carácter fuerte, “catalana de soca-rel” como dicen aquí, pero muy amable y servicial. Vive sola al igual que la mayoría de mis vecinas, de hecho mi edificio se conoce como “l'edifici de les vídues”. Ya está jubilada, así que tiene todo el tiempo del mundo para ella. Por eso al pasarle a cobrar la cuota de la comunidad, o a preguntarle cualquier inquietud que tengo respecto a la contabilidad de la misma, aprovecha para invitarme a un café, tirarme de la lengua y contarme una que otra confidencia.

Entorna la mirada, se pierde en sus recuerdos y empieza a hablar sin parar.

-“Mi pequeña Laia era mi mundo. Cuando la tuve en mis brazos y miré su carita de ángel dormido se me olvidó por arte de magia todo el sufrimiento que había sentido. Los dolores de las contracciones del parto eterno, la humillación de volver a abrir las piernas a unos desconocidos y hasta la rabia y la impotencia que sentí mientras me violaban, se habían esfumado. Ahora al tenerla en mi regazo sabía que todo había sucedido por una razón: ella era esa razón, mi razón de vivir y yo me desvivía por ella. Como pobre nunca le faltó nada, me partí el lomo cada día en cuanta “feina” encontré, pero siempre tuve con qué alimentarla y vestirla hasta que apareció el Joan.

Al principio creí que él era mi salvación. Ay hija, es que todas las mujeres enamoradas somos iguales y nos creemos las promesas de los hombres, pero la dicha poco me duró, ya que al poco tiempo de casarnos empezó a practicar su deporte favorito: pegarme”-.

Sus ojos se llenan de lágrimas al recordar, se pasa el dorso de la mano por la cara para no llorar.

-“Debería acordarme de los buenos momentos, aunque fueron pocos, también los hubo”-. Pero hace caso omiso a sus palabras y sólo recuerda las palizas, sus ruegos para que no le pegara en la cara, las carreras por todo el piso tratando de esconderse sin éxito, el llanto de Laia encerrada en su habitación para que no fuera testigo de las terribles escenas y la enorme vergüenza que la embargaba al día siguiente cuando se cruzaba en la escalera con sus vecinas.  Con el tiempo aprendió a salir con la frente en alto y a disimular; desde entonces procura sonreír siempre, me explica que una sonrisa es la mejor máscara que existe.

Al volver a casa sigo pensando en lo que Neus me ha dicho y creo que tiene toda la razón: ¡Las mujeres enamoradas somos unas idiotas!

Si bien a mí Jordi no me pega y aparentemente me trata bien, no es lo que yo esperaba de esta relación.

Mi día empieza al él marcharse y discurre la mayor parte del tiempo entre cuatro paredes. A veces, para paliar el aburrimiento, miro a través de mi ventana, sin embargo no es mucho lo que veo: un parqueadero de arcilla, un par de techos y más allá las montañas; él me ha contado que en invierno están cubiertas de nieve. Yo sólo conozco la nieve porque la he visto en películas o documentales y ansío que llegue el día en que él me lleve allá y pueda tocarla, olerla, sentirla en mi piel y hacer pelotas con ella para tirárselas en medio de risas. A mí me gusta mucho reír, pero hace tiempo que no río, no como lo hacía antes...

Cambio de ventana y por la otra veo personas que esperan el autobús. No sé a donde van pero me imagino que a trabajar, mas que todo porque estoy acostumbrada a ver que sólo los obreros hacen uso del autobús urbano. Pero allí también hacen su parada los autobuses turísticos. Observo con avidez cada uno de los rostros que asoman por la puerta para apearse. Todos los días espero a que mi fantasía descienda de uno de ellos, pero estoy convencida que me pasará igual que a Penélope: nunca llegará; y si por milagro lo hiciera yo no le reconocería.

Me retiro de la ventana, alejo las cucarachas que pueblan mi mente y prosigo con mis quehaceres domésticos viendo pasar las horas en el reloj, hasta que bien entrada la noche siento la puerta abrirse y me da un vuelco el corazón. Corro presurosa a sus brazos, lo lleno de besos y le digo que lo amo, que lo esperaba impaciente. Él me mira con gesto desganado y me responde:

-“Estoy cansado, ¿qué hay para cenar?”-.

Y me vuelve Neus a la cabeza y el Joan que le pegaba y miro a mi marido casi con odio. No me pega, pero su desgano constante me duele más que mil palizas juntas.

Vuelvo a visitar a Neus, la noto preocupada y es por su hija. Me cuenta que está muy enferma, pero que el hospital donde se encuentra ingresada es muy bueno y está bien atendida. Que la he pillado de milagro porque ha venido a cambiarse y por algunas cosas que necesitaba, pero que ya que estoy aquí se dará un respiro para charlar un rato conmigo sin los agobios de familiares y amigos que sólo quieren detalles de la enfermedad de Laia.

-“Ay hija, quien me lo iba a decir, con lo sana que ha sido mi niña toda la vida.
Si la hubieras visto jugando con todos los críos del barrio cuando el parqueadero era un parque. Daba gusto verla trepándose a los árboles y correteando detrás de una pelota porque, eso sí, nunca jugó con muñecas; más de una paliza me gané del Joan también por esa causa. Me decía que la Laia se comportaba a manera de un macho y no como la mujercita que era, pero yo qué podía hacer. Ella no me hacía caso por mucho que le dijera y bastante sufrimiento teníamos ya en el momento que él llegaba a casa queriendo acabar hasta con el nido de la perra, para yo también reñirla por algo que para mí no tenía importancia. Los niños son niños y cada uno juega con lo que quiere y a su modo, no faltaba más; ya cambiará cuando crezca, le decía yo.

Pero la Laia no cambió, al contrario, con los años se volvió más masculina, más independiente, se parecía a la tramontana, que aparece sin previo aviso y se va sin que nos demos cuenta. Hasta que un día se marchó definitivamente de casa y durante muchos años no quiso ni volver a visitarnos. Mi razón de vivir me dio la espalda, creí morirme sin saber de ella, sin tener noticias de mi niña, pero a todo se acostumbra una; y aunque cada noche me encerraba en el baño a llorarla para que el Joan no me oyera, no perdía la esperanza que algún día regresara. Lo hizo el día del funeral del Joan. Sin explicaciones, sin disculparse, sin darme el pésame. Me dijo:

-“Madre ahora puedes volver a mi vida”-.

Y yo le contesté:

-“Mi niña, tú nunca saliste de la mía”-.

Empecé a visitarla en Llançá cada fin de semana donde vivía con una amiga. Las dos eras maestras en la escuela local y participaban en un grupo de teatro, así que muchas veces al llegar a su piso, éste era un caos lleno de telas y cartones regados por el suelo para vestuario y escenografía, o estaba inundado de compañeros ensayando las obras para el estreno hasta el amanecer.

Laia seguía como la tramontana llevándose todo a su paso con su alegría contagiosa y una energía desbordante que lo abarcaba todo. Incluso algunas de sus noches eran turbulentas. Desde mi habitación oía gemidos y uno que otro grito ahogado y pensé que tenía pesadillas, pero en la mañana ella con una sonrisa me tranquilizaba:

-“Tranquil·la mare no passa res”- y le guiñaba un ojo a la Silvia su amiga y compañera de piso.

Y así se nos han ido los años. Nunca me dio la alegría de unos nietos, ni he podido sentarme a conversar con ella de madre a hija porque me parece que me evade, que algo me esconde, que no es completamente sincera conmigo, no sé. A veces siento como si ese carácter fuerte que tiene, lo dura que es conmigo, fuera culpa mía. Tal vez si yo no le hubiera permitido al Joan que me pegara, si la hubiera obligado a jugar con muñecas, o si la hubiera buscado en el tiempo que se fue de casa, o si… Ya no importa.  Ahora está enferma y me necesita, aunque por la única que pregunta siempre es por la Silvia, menos mal que ella no se ha movido ni un minuto de la cabecera de su cama.  Creo que yo sobro. Pero qué quieres que haga, soy la madre y ahí debo estar, siempre con mi niña”-.

Al mes siguiente cuado fui a cobrar la cuota de la comunidad Rosa me dio la noticia:

-“Esta mañana murió Laia la hija de Neus”-.

Las lágrimas me abrasaban los ojos. Pensé en Neus; en su soledad, en su sufrimiento, en que se había quedado sin su razón de vivir; en lo que sentiría al volver a su casa cuando todo hubiera pasado; al despedir a la última persona que la estuviera acompañando y terminaran las condolencias, los abrazos, las palabras de consuelo; y se quedaran sólo ella y sus recuerdos…

Llegué a la sala del velatorio, la vi junto al ataúd de su hija, pero no fui capaz de acercarme. Aquí se usan esas urnas de cristal como en el cuento de Blancanieves o la Bella Durmiente y me parece demasiado macabro, así que guardé una prudente distancia y esperé para saludarla una vez finalizado el funeral. Estaba serena, recibiendo el pésame de familiares y amigos y me asombró la fortaleza con la que se le veía, tanto que me emocionó hasta las lágrimas.

En la misa volví a llorar, pues una amiga de Laia y Silvia tuvieron unas palabras muy hermosas y sentidas de despedida para ella, sobre todo las palabras de Silvia, que nos hizo caer en la cuenta que hacía tramontana.

-“Es un día perfecto para despedirte amor mío, hoy hace tramontana, te arranca de mi lado el mismo viento que fuiste tú”-.

Y así, en pocos momentos, me transmitieron tanto de su esencia, que fue como si la conociera de toda la vida. 

Esperé a que Neus estuviera sola y entonces me acerqué, la abracé muy fuerte y comencé a llorar otra vez. Ella me miró con una tristeza infinita y me dijo:

-"A mí ya no me quedan lágrimas"-.

jueves, 29 de agosto de 2013

Dolor de Patria


Tengo tanta rabia, tanto dolor, siento tanta vergüenza!!!

Yo, que siempre he mostrado aquí lo bonito de mi país y me derramo en prosa contando las cosas buenas que pasan en mi tierra, hoy no puedo tapar el sol con un dedo y quedarme indiferente ante tanta injusticia...

Hoy no tengo palabras, el vídeo lo dice TODO.

domingo, 11 de agosto de 2013

Desfile de Silleteros


Hoy, en mi bella villa, Medellín, Antioquia, Colombia es el desfile de silleteros, el evento culmen con el que se cierra la Feria de las Flores de Medellín 2013.

Desfilarán 500 silleteros (420 adultos, 50 junior y 30 infantiles) igual que un cien pies de lomo colorido, como lo vienen haciendo desde hace 56 años, dejando a su paso otra vez, un tapete de flores andante por las calles de Medellín.

Y yo, cero y van cuatro las veces que tendré que verlos a través de Internet, sin tener la posibilidad de compartir con nadie la emoción que me embarga, pues sólo los antioqueños sabemos y sentimos que cuando pasa un silletero, es Antioquia la que pasa...

Hay días, como hoy, que estar lejos de todo lo que amo y es importante para mí, se hace más difícil.
Días en que la soledad se hace más pesada que una loza y no basta con el amor de mi adosado y el cariño de los amigos que he hecho aquí.

"Y hay días en que somos tan lúgubres, tan lúgubres, 
como en las noches lúgubres el llanto del pinar. 
El alma gime entonces bajo el dolor del mundo, 
y acaso ni Dios mismo nos puede consolar...

Pero como este post no es para estar triste, sino para mostrarles la belleza de mi tierra y mi gente, y compartir con quienes se asoman a mi ventana la emoción que tengo ahora, aquí les dejo este vídeo que estoy segura, les gustará tanto como a mí.

viernes, 2 de agosto de 2013

Un poema y muchos recuerdos...

FAREWELL 

Desde el fondo de ti, y arrodillado,
un niño triste, como yo, nos mira.
Por esa vida que arderá en sus venas
tendrían que amarrarse nuestras vidas.
Por esas manos, hijas de tus manos,
tendrían que matar las manos mías.
Por sus Ojos abiertos en la tierra
veré en los tuyos lágrimas un día.

Yo no lo quiero, Amada.
Para que nada nos amarre
que no nos una nada.
Ni la palabra que aromó tu boca,
ni lo que no dijeron las palabras.
Ni la fiesta de amor que no tuvimos,
ni tus sollozos junto a la ventana.

(Amo el amor de los marineros
que besan y se van.
Dejan una promesa.
No vuelven nunca más.
En cada puerto una mujer espera:
los marineros besan y se van.
Una noche se acuestan con la muerte
en el lecho del mar.

Amo el amor que se reparte
en besos, lecho y pan.
Amor que puede ser eterno
y puede ser fugaz.
Amor que quiere libertarse
para volver a amar.
Amor divinizado que se acerca
Amor divinizado que se va.)

Ya no se encantarán mis ojos en tus ojos,
ya no se endulzará junto a ti mi dolor.
Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada
y hacia donde camines llevarás mi dolor.
Fui tuyo, fuiste mía. ¿Qué más? Juntos hicimos
un recodo en la ruta donde el amor pasó.
Fui tuyo, fuiste mía. Tú serás del que te ame,
del que corte en tu huerto lo que he sembrado yo.

Yo me voy. Estoy triste: pero siempre estoy triste.
Vengo desde tus brazos. No sé hacia dónde voy.
... Desde tu corazón me dice adiós un niño.
Y yo le digo adiós.

Pablo Neruda



Buscando música para una fiesta que tengo mañana encontré un CD en el que está incluido Farewell de Neruda, musicalizado por Leonardo exclusivamente para mí a petición de mi Ex. Él también compuso otra melodía en el violín que al final sólo quedó para nosotros y como nunca la grabé, tarde o temprano se perderá en el olvido, porque lamentablemente no tengo el talento musical de la familia paterna de mi hijo, suerte que él si heredó ese gen.

Me lío y como siempre me voy por las ramas... lo que pretendo dejar escrito es la asociación de un cúmulo de sentimientos que se me vinieron de golpe al escuchar este poema musicalizado.

Recuerdos de más de media vida, (adulta claro) de gente querida, de momentos entrañables, otros premonitorios, como cuando me decía: "Tú serás del que te ame, del que corte en tu huerto lo que he sembrado yo"

Y ahora, hace poco él también apeló al mismo poema para decirme en su peculiar estilo lo que siente por mí: "Para que nada nos amarre, que no nos una nada." Y en ese momento no me acordé ni del poema, ni mucho menos de mi Ex, ni siquiera me acordé del hombre que me ama como el que más.

Pero hoy todo fue distinto, hoy estoy convencida que mientras no llegue el olvido persiste el sentimiento.

Ayer cumplió años mi gordo y hoy está cumpliendo años mi Ex. La vida sigue, ellos allá y yo aquí...

jueves, 18 de julio de 2013

Álter ego

No sé si un álter ego que tengo me hace gracia, o me produce pena...

Es curioso comprobar como cuando me muestro de una manera diferente, consciente que esa personalidad será una especie de cebo para tanto salido que pulula por aquí, no me equivoco ni un ápice. Pero por desgracia para ellos, o para mí, pues no estoy segura quienes son los damnificados, ya no estoy para esos trotes.

A raíz de un hecho puntual que me descolocó unos días, hice el intento de dar rienda suelta a esa nueva personalidad, así que a un par de ellos les seguí la corriente... NADA.

No sé si es que mi libido ya se extinguió para siempre, (no creo) o que el último cibernauta que me hizo estremecer dejó el listón demasiado alto, debe ser eso, porque aunque las comparaciones son odiosas, siempre estaba cotejando lo dicho por mis nuevos ciber-amigos, con las palabras de aquel Jano perdido, aquellas que me producían un corrientazo que me recorría entera y me hacían estremecer.


He decidido que no renunciaré a mi nuevo álter ego, pero de ahora en adelante quedará circunscrito sólo a publicaciones puntuales, los salidos que se apañen en otros lares...

lunes, 8 de julio de 2013

Concierto

Hace días meses que no escribía en este blog, después del shock, (que la verdad sea dicha, no fue para tanto) decidí satisfacer mi necesidad de escribir, en otros sitios.

Pero como lo de hoy es algo que me atañe directamente a mí, a mi yo verdadero, a la que escribe sin máscaras, pues he de contarlo aquí, donde sólo me leen muy pocos, o casi nadie, porque este blog lo tengo más que todo como diario y para hacerme mis catarsis.

Mi gordo se presenta hoy por primera vez en concierto, sí, en plaza pública, alternando con otros grupos y ante un público multitudinario, o eso espero. El concierto comenzará a las 14 horas y se prolongará hasta la media noche. 










Han estado ensayando mucho, él compuso dos de las nuevas canciones que presentarán hoy, y aunque no me ha contado gran cosa del evento, de sus expectativas y de como está la cosa en general, estoy segura que le hace mucha ilusión, así no lo demuestre. Creo que yo he hecho más bulla con ésto que él, pero es lo que tienen los genes, no sé a quién salió, porque está claro que en su forma de ser no se parece a ninguno de sus progenitores.

Que putada ésto de la distancia y de amar a alguien sólo a través del teléfono y de lo que te enteras por facebook o youtube.

lunes, 27 de mayo de 2013

Opposite Memories

Pensaba comentar aquí algo muy íntimo que me sucedió este fin de semana, pero me acordé que S en su entrada Anotaciones a este blog que pretende ser interactivo decía que: "Otro detalle que me sorprendió es que mi cambio de dirección de blog no ha resultado. Los que me conocían por mi nombre o apellidos, con un mínimo de esfuerzo por su parte, me localizan."Así que me lo pensé mejor y simplemente se lo conté a mi Parce, así boté el taco que me estaba oprimiendo y me quedé la mar de tranquila. No es conveniente ventilar aquí ciertas cosas, sobre todo sabiendo que personas que me conocen face to face, pueden leerme.

Lo que sí pude evidenciar en la madrugada del domingo fue el principio que formuló Lavoisier: "la materia, no se crea ni se destruye, solo se transforma", ya que mi reacción ante dos fenómenos idénticos fue muy diferente en las dos ocasiones. Hace ocho años casi me muero; la ira y el dolor fueron tan grandes que creí no poder superarlo jamás. En cambio ayer, como ya estoy instalada en la era del importaculismo, pues nada, ni siquiera me paré a mirarlo, seguí buscando la pastilla que necesitaba y cuando pretendió darme explicaciones, le miré con mi mejor carita angelical y respondí: -Claro cariño, no pasa nada, te creo.

Mi materia, es decir, quien soy, mi yo, mi esencia, ha cambiado muuuuuuuuucho en estos ocho años, pero para bien o para mal, el cambio ya está hecho.

lunes, 20 de mayo de 2013

Recuerdos

Este fin de semana hubo dos hechos puntuales que me hicieron recordar situaciones de mi pasado, que por lejanas en tiempo y distancia, me parece que las soñé. Pero lo más curioso es que la mente nos juega malas pasadas que no contamos con ellas. 

Se supone que los recuerdos de mi exmarido los debería tener más vívidos en mi memoria, no en vano fueron casi veinte años juntos y un hijo en común. Pero al contrastarlos con otros recuerdos, no fue así. 

Los recuerdos de M (C para mí) alguien a quien no conozco personalmente, del cual ni siquiera estoy segura de su nombre ni su apariencia física, fueron más fuertes. Al leer ese texto (que ni siquiera era suyo) mi mente voló a esos días en que lo esperaba impaciente, en que bastaba con leer una línea suya para ponerme a cien. Recordé nuestros ratos juntos, las charlas que me excitaban el cuerpo y la mente, los días en que me sentí DIVINA gracias a que él estaba en mi vida... 

Hoy sólo me quedan los recuerdos; no tengo manera de leer nada suyo, pues si tiene blog desconozco su perfil y dominio, y cuando alguna vez hemos cruzado algún correo, ya ni siquiera siento nada... 
Ahora simplemente somos un par de desconocidos con algunos recuerdos en común.

martes, 14 de mayo de 2013

Ouroboros

Cuando me hizo la propuesta sentí un miedo que casi rayaba con el pánico, pero el tiempo pone todo en su lugar y ahora una vez he digerido la situación, voy asimilando el hecho de una nueva separación.

Una separación que será temporal como todas las anteriores, pero sin un período de tiempo determinado, ya que puede ser por un par de meses, o se podría prolongar uno o dos años, no sé, a estas alturas del partido todo es incierto.

La pregunta ahora es: ¿Quiero regresar?
Si pudiéramos retomar nuestras vidas en el momento exacto donde las dejamos sería muy fácil tomar la decisión, pero así no son las cosas; y menos en mi país, donde los funcionarios no tienen la prerrogativa que tienen los de aquí de volver a sus cargos cuando lo deseen. (Aluciné con el caso de Esperanza Aguirre que se reincorporó a su plaza de funcionaria en calidad de asesora de la Secretaría de Estado de Turismo, luego de la bobadita de un lapso de 30 años!!!) Yo lo tengo más crudo y volver para mí implica prácticamente empezar de cero.

Ni siquiera me atrevo a llamar a alguno de mis amigos para pedirles ayuda por temor a que me den la espalda, pues tengo claro que en las buenas todo el mundo está contigo, pero en las malas te encuentras más sola que la una, así que mi situación es como el símbolo del ouroboros y no encuentro la manera de romper ese círculo vicioso.

Otra cosa que me pone a cavilar es lo que me dijo mi Parce la última vez que hablamos, y es que hoy por hoy no tenemos veinte años, la convivencia nos hace adaptarnos y soportar demasiadas cosas, pero si nos separarnos mucho tiempo, ¿el reencuentro será igual? 

Al vernos otra vez con más arrugas, achaques y lo que surja, ¿estaremos dispuestos a conformarnos con lo que hay? 
Seguramente que sí, pues es lo que tienen los años, aprendes a resignarte, pero sería una vida tan triste...

lunes, 6 de mayo de 2013

Miedo

Esta vez fue diferente.
La mueca en su rostro después de terminar no era de placer sino de dolor, pero de esos dolores que no sabes exactamente dónde duelen ¿en el alma quizás?

Le pregunté qué le pasaba y como siempre su respuesta fue ambigua, como si ocultándome las cosas éstas se desaparecieran, o empezaran a existir en un universo paralelo donde no nos afectan.
Pero yo no tenía ganas de dejarlo pasar y le insistí para que me respondiera con exactitud. Y lo hizo.

Ahora no sé si hubiera sido mejor que siguiera dejándome ajena a sus cavilaciones...
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viernes, 26 de abril de 2013

Mi tesoro

Tengo la suerte de olvidar lo malo que me ha pasado, o por lo menos lo dejo aparcado hasta que empiezo a revolcarme en mi mierda.

Ahora no tengo dinero, ni el estilo de vida que tenía hace 10 años; estoy lejos de mi tierra, de personas a  quienes quiero, de mi gordo... 
Son muchas las cosas que no tengo ahora. 
A veces me siento muy sola. 
Siento que he cambiado tanto que a veces ni me reconozco. 
También hay días en los que reniego de mi vida, de las decisiones que he tomado en algún momento y lloro, aunque ya no tanto como antes.
Desde el miércoles pasado estoy de bajón...

Por suerte hoy es viernes, el día que más me gusta, pues gracias a la llamada de primera hora de mi Parce, recargo pilas para toda la semana.
Hoy le conté lo que me pasaba, (como siempre) mas que todo para desahogarme, pues no estaba segura que me fuera a entender, ya que es algo que me afecta porque pretendo ser la que era hace 10 años y ahora no soy.
¿Y qué hace mi Parce? No sólo me escucha y me entiende, sino que con ella la charla tomó otro rumbo y terminamos las dos llorando, pero de risa!!!

Dicen que quien tiene un amigo tiene un tesoro, por eso cuando estoy mal pienso que sigo siendo muy afortunada, no sólo tengo la suerte de olvidar lo malo que me ha pasado, sino que aquí encontré un gran tesoro, mi tesoro...

martes, 23 de abril de 2013

En capilla...

Así es, parafraseando el argot taurino, a esta hora hace cinco años estaba en capilla, es decir, preparándome para el gran momento, el SÍ QUIERO.

Es curioso como los acontecimientos que influyen en nuestras vidas de alguna manera nos marcan para siempre. Tales como: El primer beso, la pérdida de la virginidad, el nacimiento de un hijo, el matrimonio, la muerte de un ser querido, y todos los demás hechos que sean importantes para cada uno. 
Yo como soy la contraria del pueblo no recuerdo acontecimientos que para otros son importantes, como por ejemplo el primer día de trabajo o recordar el valor del primer sueldo, el día que se compró el primer coche y su valor, el número de parejas que se han tenido, yo a lo sumo recuerdo con precisión el número de maridos y eso porque sólo han sido dos...

En fin, a lo que iba es que hace cinco años tenía una ilusión grandísima porque ese matrimonio me permitiría reencontrarme con mi adosado aquí en España, pero al mismo tiempo me sentía la mujer más infeliz del mundo pues pensaba que ninguno de mis matrimonios fue como lo soñé de niña, (casándome de blanco, por la iglesia, con una fiesta y luna de miel paradisíaca) todo lo contrario, fueron bodas efectuadas por mero trámite y en las dos iba vestida de negro; en la primera incluso ni siquiera llevé ramo ni nos tomaron fotos, en la segunda por suerte gracias a mis primas y a la caballerosidad de mi adosado, de esa por lo menos tengo un bonito recuerdo.

viernes, 19 de abril de 2013

Miénteme

Desde pequeños a todos nos han enseñado que siempre debemos decir la verdad, pues la mentira, así como el fruto del bien y el mal, está prohibida para el ser humano.
Está mal visto que una persona sea mentirosa, hay quien ni siquiera consciente las llamadas mentiras blancas, pero como soy la contraria del pueblo, a mí sí me gustan las mentiras, sobre todo aquellas que me hacen sentir bien.

Anoche salí con F y entre caña y caña me fui de la lengua... No es que me preocupe compartir con ella ciertos acontecimientos acaecidos en mi vida, pero no sé, aquí siempre voy por delante con un halo de mujer buena y decente que hubiera debido mantener, incluso delante de mi amiga.

También estuve hablando con alguien que es demasiado racional para mi gusto y ahora que rememoro esa charla, me pregunto porqué le cuesta tanto decirme lo que quiero oír, así no sea verdad, si el hecho de que me mienta no tiene ninguna consecuencia.

Procuro decir la verdad siempre que puedo, pero a veces es bueno dejar volar la imaginación, y si se atraviesa alguna "mentirilla" en el proceso que te haga feliz, ¿qué mas da?

Hoy otra vez críptica, ya lo sé, mais c'est la vie

miércoles, 17 de abril de 2013

Diatriba de amor contra un hombre sentado

Como estoy vaga, sigo un poco enferma de la gripe y además estoy muy liada en mi condición de estudiante, pues nada, a seguir reciclando...


"Vas a cumplir medio siglo de vida y todavía no has descubierto que a pesar de los viajes a la luna, a pesar de las seis suites para chelo solo, a pesar de tantas glorias del alma, los seres humanos seguimos siendo iguales a los perros. Todavía soy consciente de cómo me miran los hombres (y algunas mujeres, por supuesto), de cómo me eligen a distancia y se abren paso en la muchedumbre y vienen hacia mí, y me saludan con un beso que a todo el mundo le parece convencional, pero que no siempre lo es. ¡Qué va! La mayoría lo hace sólo para olfatearme, como los perros de la calle, y las mujeres tenemos un instinto para soltarles a unos un olor que les dice que no, y a otros un olor que les dice que sí. Entre la gente que conocemos, aun entre los amigos mas íntimos, cada mujer sabe quienes son los hombres que sí. Es una comunidad unida por un pacto confidencial del cual nunca se habla, y quizás ni se hablará nunca, pero que está ahí, siempre alerta, siempre disponible, por si acaso.

De manera que llegado el día no ha de faltar un hombre que me ame de sobra para despertarme de amor cuando me haga la dormida, para que tumbe la puerta del baño cuando lo esté haciendo esperar demasiado, para que no le asuste ser vampiro en una que otra luna, y que sea capaz de hacerlo donde sea y como sea y no siempre en la cama como los muertos. Que esté preparado para recibir la visita del Espíritu Santo en mitad del almuerzo, y que yo se lo vea en el fulgor de los ojos, y se me quite el hambre con un nudo en la voz, y tapemos los platos para que no se nos enfríe la comida mientras vamos al cuarto y volvemos. Un hombre que no deje de hacerlo conmigo porque se imagina que no quiero, sino que me obligue a querer hacerlo aunque yo no quiera, a todas horas y en cualquier parte, como sea y por donde sea, debajo de los puentes, en las escaleras de incendio, en el retrete de un avión mientras el mundo duerme en medio del Atlántico, y que aun en las tinieblas exteriores o en los finales más ciegos sepa siempre que soy yo la que está con él, y que soy yo y ninguna otra la única que fue mandada a hacer sobre medidas para hacerlo feliz y ser feliz con él hasta la puta muerte”.

lunes, 8 de abril de 2013

La mujer Hyde

La que de un momento a otro se convierte en mala. 

O de pronto es mala por naturaleza. 

Como sea: Es la que siempre actúa con fruición malévola. 


Nota:   
Por el contrario, la mujer Jekyll es la benefactora e inmaculada por vocación. 
Por eso mismo la más atacada por el tedio.

miércoles, 3 de abril de 2013

¿Nos conocemos?

Cuando llegamos a cierta edad, nos aparece en la cara la verdad que intentábamos ocultar con la sonrisa de Arlequín o la lágrima de Pierrot. ¿Quién dijo aquello de que a partir de los cuarenta todo el mundo tiene la cara que se merece? ¿Coco Chanel, peut-être?
Sí, debe haber sido Mademoiselle, ella era lo suficientemente observadora y malvada como para saber que se puede mentir con cada uno de los gestos, pero nunca con las arrugas...

¿Qué sé de él en realidad? Nada, a pesar de que nos conocemos hace más de treinta años.

Y lo malo es que cuando uno conoce a alguien desde la adolescencia, (niñez en algunos casos) tiende a pensar que es una persona cercana, en gustos, en afanes. Cree que entiende su forma de ver la vida e incluso que comparte su escala de valores, sólo porque una vez, hace ya mucho tiempo, conoció y compartió con él el territorio mágico de la infancia y/o adolescencia. 
Sin embargo eso es un engaño, un espejismo más del naufragio de la sejuela...

Hace unos días vi una foto actual suya y la comparé con una actual mía, seguimos conservando algo de la lozanía de juventud, (léase que tenemos pocas arrugas) pero al contemplar los dos rostros me pareció como si viera a un par de extraños. Entonces comprendí que hoy por hoy entre nosotros no hay necesidad de lágrimas o sonrisas para tratar de ocultar nuestras verdades, ya que entre dos extraños que no tienen nada en común, no es necesario ocultar ninguna verdad...


viernes, 29 de marzo de 2013

Vigente

Esta entrada la escribí hace tiempo en otro blog que tenía, al releerla me di cuenta que continúa vigente... (suprimí unas líneas que no casan con este blog)
 
"La filología etimológicamente significa “amor o interés por las palabras”, pero lo que yo siento por las tuyas, es genuina FASCINACIÓN.

Cada vez que te leo quedo hipnotizada y un escalofrío me eriza la piel. Como un Aristófanes inepto trato inútilmente de descifrar tus textos y encontrarles una explicación coherente desde todos los puntos de vista que considero posibles, pero hasta ahora me siento jugando a la gallina ciega.

Unas veces tus palabras desbordan deseo y pasión, otras ternura, algunas me dejan perpleja y tengo que leerlas varias veces para poder comprenderlas, pero ninguna sin excepción me deja indiferente... Es lo que más me gusta de ti, van pasando los días y cada vez te descubres a mis ojos, te devoro con avidez y siempre quiero más, me dejas antojada.

Me gusta tu sinceridad que invita a abrirse como un libro, a dejarse ver la propia esencia y mostrarse tal cual se es; pero también me gusta como poco a poco te vas soltando, como has dejado ver esa faceta tuya que no intuí desde el principio, esa que ahora me tiene enganchada a ti."

martes, 26 de marzo de 2013

Peaje oneroso

Pensaba escribir sobre otro tema, algo que me estuvo mortificando la semana pasada, pero como por suerte para mí todo me pasa tan rápidamente, ahora no tiene caso y simplemente al volver a pensar en eso rescato la frase de Borges: "A la vida le gustan las simetrías y los leves anacronismos".

Así que me aplico lo que tanto predico: "A un bagazo, poco caso" y sonrío al comprobar que estoy madurando...

Cambiando bruscamente te tema, ayer estuve mirando unas fotos para pasar a mi móvil y me encontré algunas mías en las que rebozaba juventud y belleza. Recordé como era y me comportaba por aquella época...
Volví a comprobar que estoy madurando en todos los sentidos. (léase la sejuela está a flor de piel)

Hoy por hoy parezco otra, me he reposado de tal manera que mi adosado puede estar 100% tranquilo en cuanto a cuernos se refiere, pues no estoy dispuesta a atentar contra el esteticismo jamás!!!
Uno de los peajes más onerosos de tener aventuras sexuales imprevistas pasados los cuarenta, es lo mucho que se resiente la estética. Porque el sexo a los cuarenta y ¡no digamos a los cincuenta! es un desafío al buen gusto de cualquiera, un atentado terrorista al esteticismo.
Por eso el sexo con desconocidos pasado el medio siglo es una temeridad, porque sin cariño de por medio se hace aún más visible la decadencia física propia y no digamos la del contrario.

Y aunque en el supuesto caso de que una infidelidad a mi adosado fuera muy beneficiosa para los dos, no creo que eso me compensara la vergüenza de que otro con el que no tuviera confianza, ni existiera amor de por medio, me viera desnuda.
¿Por qué digo que la infidelidad sería beneficiosa para ambos?
Porque la infidelidad tiene como pareja indisoluble a la culpa, y esta última posee la virtud de volver a los infieles mucho más generosos con los demás, más comprensivos, y tanto más tolerantes.

En consecuencia, o sigo creyendo en pajaritos preñados y príncipes azules, o acepto de una vez que soy la cenicienta a la que nunca invitarán al baile de palacio.


lunes, 18 de marzo de 2013

Bailemos otra vez...

Es increíble como cuando nos sentimos bien con nuestro cuerpo eso se nota, además, nos hace sentir poderosas!!!

Aunque no he perdido todo el peso que deseo, (porque no soy juiciosa con la dieta) el caso es que ya he bajado casi dos tallas y también se me nota en el perfilado del rostro. Así que el pasado sábado me metí en mis jeans ajustados, me subí a mis botas de tacón, me peiné con una coleta y me pinté los labios de rojo.

Primero estuvimos en un bar picando algo y viendo el partido del Real Madrid - Mallorca. No sé si será porque a los hombres les parece sexy una mujer que sabe de fútbol, o porque mi boca roja era muy llamativa, o por lo que sea, lo que cuenta es que sin cortarse un pelo, me invitaron en dos ocasiones a lo que estaba tomando, lo cual rechacé por respeto a mi adosado.

Cuando se acabó el partido fuimos a cenar y después, prejuicios aparte, a una discoteca latina. No iba a esta clase de discotecas hace como 8 o 9 años, pues mi primera vez no fue muy agradable que digamos, así que les había cogido manía. Pero he de confesar que esta vez me lo pasé en grande y calmé el mono de baile por lo menos hasta el verano.


Al llegar a casa le pregunté entre risas: 
-¿Te diste cuenta de los tipos de la barra que me estaban echando los tejos?
Y él muy serio me contestó:
-Sí, pero al parecer tú no te diste cuenta de cómo los espanté. 

Después me miró entre pícaro y divertido y me susurró al oído: -"Y por cierto, si sigues como vas te dejo encerrada bajo llave..."-

Luego me agarró por la coleta y casi me arrastró hasta la habitación, pero esa es otra historia...

lunes, 11 de marzo de 2013

Mis primeros pinitos

Por variar no quedó como en mi proyecto, no sé qué pasó con algunos enlaces e imágenes, pero este es el link de la página que maqueté en clase y que en comparación con otras, la verdad es que no me quedó tan mal.


Y hablando de otra cosa...
Estoy convencida que mi estado de ánimo está íntimamente ligado a mi líbido, o mejor dicho, a la satisfacción de la misma. Si estoy bien servida en ese aspecto, mi vida es color de rosa y sabor a chocolate, cuando no, pues es color m....., (curioso como cuando me siento bien no soy capaz de escribir la palabra completa) huele y sabe como tal.

En fin, que este fin de semana volvió a ser color rosa y no sé si sería por mi vena sumisa que sigue ahí latente aunque quiera negarla, o porque hace tiempo que no tenía un domingo tan bueno en esa materia, el caso es que cumplimos a rajatabla lo dicho por  Silvia C. Carpallo en su , y la sensación de volver a ser usada fue maravillosa!!!