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viernes, 26 de abril de 2013

Mi tesoro

Tengo la suerte de olvidar lo malo que me ha pasado, o por lo menos lo dejo aparcado hasta que empiezo a revolcarme en mi mierda.

Ahora no tengo dinero, ni el estilo de vida que tenía hace 10 años; estoy lejos de mi tierra, de personas a  quienes quiero, de mi gordo... 
Son muchas las cosas que no tengo ahora. 
A veces me siento muy sola. 
Siento que he cambiado tanto que a veces ni me reconozco. 
También hay días en los que reniego de mi vida, de las decisiones que he tomado en algún momento y lloro, aunque ya no tanto como antes.
Desde el miércoles pasado estoy de bajón...

Por suerte hoy es viernes, el día que más me gusta, pues gracias a la llamada de primera hora de mi Parce, recargo pilas para toda la semana.
Hoy le conté lo que me pasaba, (como siempre) mas que todo para desahogarme, pues no estaba segura que me fuera a entender, ya que es algo que me afecta porque pretendo ser la que era hace 10 años y ahora no soy.
¿Y qué hace mi Parce? No sólo me escucha y me entiende, sino que con ella la charla tomó otro rumbo y terminamos las dos llorando, pero de risa!!!

Dicen que quien tiene un amigo tiene un tesoro, por eso cuando estoy mal pienso que sigo siendo muy afortunada, no sólo tengo la suerte de olvidar lo malo que me ha pasado, sino que aquí encontré un gran tesoro, mi tesoro...

martes, 23 de abril de 2013

En capilla...

Así es, parafraseando el argot taurino, a esta hora hace cinco años estaba en capilla, es decir, preparándome para el gran momento, el SÍ QUIERO.

Es curioso como los acontecimientos que influyen en nuestras vidas de alguna manera nos marcan para siempre. Tales como: El primer beso, la pérdida de la virginidad, el nacimiento de un hijo, el matrimonio, la muerte de un ser querido, y todos los demás hechos que sean importantes para cada uno. 
Yo como soy la contraria del pueblo no recuerdo acontecimientos que para otros son importantes, como por ejemplo el primer día de trabajo o recordar el valor del primer sueldo, el día que se compró el primer coche y su valor, el número de parejas que se han tenido, yo a lo sumo recuerdo con precisión el número de maridos y eso porque sólo han sido dos...

En fin, a lo que iba es que hace cinco años tenía una ilusión grandísima porque ese matrimonio me permitiría reencontrarme con mi adosado aquí en España, pero al mismo tiempo me sentía la mujer más infeliz del mundo pues pensaba que ninguno de mis matrimonios fue como lo soñé de niña, (casándome de blanco, por la iglesia, con una fiesta y luna de miel paradisíaca) todo lo contrario, fueron bodas efectuadas por mero trámite y en las dos iba vestida de negro; en la primera incluso ni siquiera llevé ramo ni nos tomaron fotos, en la segunda por suerte gracias a mis primas y a la caballerosidad de mi adosado, de esa por lo menos tengo un bonito recuerdo.

viernes, 19 de abril de 2013

Miénteme

Desde pequeños a todos nos han enseñado que siempre debemos decir la verdad, pues la mentira, así como el fruto del bien y el mal, está prohibida para el ser humano.
Está mal visto que una persona sea mentirosa, hay quien ni siquiera consciente las llamadas mentiras blancas, pero como soy la contraria del pueblo, a mí sí me gustan las mentiras, sobre todo aquellas que me hacen sentir bien.

Anoche salí con F y entre caña y caña me fui de la lengua... No es que me preocupe compartir con ella ciertos acontecimientos acaecidos en mi vida, pero no sé, aquí siempre voy por delante con un halo de mujer buena y decente que hubiera debido mantener, incluso delante de mi amiga.

También estuve hablando con alguien que es demasiado racional para mi gusto y ahora que rememoro esa charla, me pregunto porqué le cuesta tanto decirme lo que quiero oír, así no sea verdad, si el hecho de que me mienta no tiene ninguna consecuencia.

Procuro decir la verdad siempre que puedo, pero a veces es bueno dejar volar la imaginación, y si se atraviesa alguna "mentirilla" en el proceso que te haga feliz, ¿qué mas da?

Hoy otra vez críptica, ya lo sé, mais c'est la vie

miércoles, 17 de abril de 2013

Diatriba de amor contra un hombre sentado

Como estoy vaga, sigo un poco enferma de la gripe y además estoy muy liada en mi condición de estudiante, pues nada, a seguir reciclando...


"Vas a cumplir medio siglo de vida y todavía no has descubierto que a pesar de los viajes a la luna, a pesar de las seis suites para chelo solo, a pesar de tantas glorias del alma, los seres humanos seguimos siendo iguales a los perros. Todavía soy consciente de cómo me miran los hombres (y algunas mujeres, por supuesto), de cómo me eligen a distancia y se abren paso en la muchedumbre y vienen hacia mí, y me saludan con un beso que a todo el mundo le parece convencional, pero que no siempre lo es. ¡Qué va! La mayoría lo hace sólo para olfatearme, como los perros de la calle, y las mujeres tenemos un instinto para soltarles a unos un olor que les dice que no, y a otros un olor que les dice que sí. Entre la gente que conocemos, aun entre los amigos mas íntimos, cada mujer sabe quienes son los hombres que sí. Es una comunidad unida por un pacto confidencial del cual nunca se habla, y quizás ni se hablará nunca, pero que está ahí, siempre alerta, siempre disponible, por si acaso.

De manera que llegado el día no ha de faltar un hombre que me ame de sobra para despertarme de amor cuando me haga la dormida, para que tumbe la puerta del baño cuando lo esté haciendo esperar demasiado, para que no le asuste ser vampiro en una que otra luna, y que sea capaz de hacerlo donde sea y como sea y no siempre en la cama como los muertos. Que esté preparado para recibir la visita del Espíritu Santo en mitad del almuerzo, y que yo se lo vea en el fulgor de los ojos, y se me quite el hambre con un nudo en la voz, y tapemos los platos para que no se nos enfríe la comida mientras vamos al cuarto y volvemos. Un hombre que no deje de hacerlo conmigo porque se imagina que no quiero, sino que me obligue a querer hacerlo aunque yo no quiera, a todas horas y en cualquier parte, como sea y por donde sea, debajo de los puentes, en las escaleras de incendio, en el retrete de un avión mientras el mundo duerme en medio del Atlántico, y que aun en las tinieblas exteriores o en los finales más ciegos sepa siempre que soy yo la que está con él, y que soy yo y ninguna otra la única que fue mandada a hacer sobre medidas para hacerlo feliz y ser feliz con él hasta la puta muerte”.

lunes, 8 de abril de 2013

La mujer Hyde

La que de un momento a otro se convierte en mala. 

O de pronto es mala por naturaleza. 

Como sea: Es la que siempre actúa con fruición malévola. 


Nota:   
Por el contrario, la mujer Jekyll es la benefactora e inmaculada por vocación. 
Por eso mismo la más atacada por el tedio.

miércoles, 3 de abril de 2013

¿Nos conocemos?

Cuando llegamos a cierta edad, nos aparece en la cara la verdad que intentábamos ocultar con la sonrisa de Arlequín o la lágrima de Pierrot. ¿Quién dijo aquello de que a partir de los cuarenta todo el mundo tiene la cara que se merece? ¿Coco Chanel, peut-être?
Sí, debe haber sido Mademoiselle, ella era lo suficientemente observadora y malvada como para saber que se puede mentir con cada uno de los gestos, pero nunca con las arrugas...

¿Qué sé de él en realidad? Nada, a pesar de que nos conocemos hace más de treinta años.

Y lo malo es que cuando uno conoce a alguien desde la adolescencia, (niñez en algunos casos) tiende a pensar que es una persona cercana, en gustos, en afanes. Cree que entiende su forma de ver la vida e incluso que comparte su escala de valores, sólo porque una vez, hace ya mucho tiempo, conoció y compartió con él el territorio mágico de la infancia y/o adolescencia. 
Sin embargo eso es un engaño, un espejismo más del naufragio de la sejuela...

Hace unos días vi una foto actual suya y la comparé con una actual mía, seguimos conservando algo de la lozanía de juventud, (léase que tenemos pocas arrugas) pero al contemplar los dos rostros me pareció como si viera a un par de extraños. Entonces comprendí que hoy por hoy entre nosotros no hay necesidad de lágrimas o sonrisas para tratar de ocultar nuestras verdades, ya que entre dos extraños que no tienen nada en común, no es necesario ocultar ninguna verdad...