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martes, 14 de mayo de 2013

Ouroboros

Cuando me hizo la propuesta sentí un miedo que casi rayaba con el pánico, pero el tiempo pone todo en su lugar y ahora una vez he digerido la situación, voy asimilando el hecho de una nueva separación.

Una separación que será temporal como todas las anteriores, pero sin un período de tiempo determinado, ya que puede ser por un par de meses, o se podría prolongar uno o dos años, no sé, a estas alturas del partido todo es incierto.

La pregunta ahora es: ¿Quiero regresar?
Si pudiéramos retomar nuestras vidas en el momento exacto donde las dejamos sería muy fácil tomar la decisión, pero así no son las cosas; y menos en mi país, donde los funcionarios no tienen la prerrogativa que tienen los de aquí de volver a sus cargos cuando lo deseen. (Aluciné con el caso de Esperanza Aguirre que se reincorporó a su plaza de funcionaria en calidad de asesora de la Secretaría de Estado de Turismo, luego de la bobadita de un lapso de 30 años!!!) Yo lo tengo más crudo y volver para mí implica prácticamente empezar de cero.

Ni siquiera me atrevo a llamar a alguno de mis amigos para pedirles ayuda por temor a que me den la espalda, pues tengo claro que en las buenas todo el mundo está contigo, pero en las malas te encuentras más sola que la una, así que mi situación es como el símbolo del ouroboros y no encuentro la manera de romper ese círculo vicioso.

Otra cosa que me pone a cavilar es lo que me dijo mi Parce la última vez que hablamos, y es que hoy por hoy no tenemos veinte años, la convivencia nos hace adaptarnos y soportar demasiadas cosas, pero si nos separarnos mucho tiempo, ¿el reencuentro será igual? 

Al vernos otra vez con más arrugas, achaques y lo que surja, ¿estaremos dispuestos a conformarnos con lo que hay? 
Seguramente que sí, pues es lo que tienen los años, aprendes a resignarte, pero sería una vida tan triste...

2 comentarios:

Sergio dijo...

Lo interesante es tu reacción inicial de pánico. Realmente ves algo malo en ese regreso al punto de partida. Al menos subconscientemente.
Está claro que una separación de dos años es como una ruptura definitiva. En el siglo XXI las personas no se esperan como en las novelas de siglos pasados. El presente siempre acaba siendo más importante que el futuro.
Sobre tus amigos te ayudarán si pueden pero está claro que si no, no. Antes de ese hipotético regreso deberías tener atado algo claro allí. Y qué lástima lo del puesto de funcionaria.
Es difícil lo que planteas pero no sé si tienes alternativas o todo está decidido.
Besos.

Annie dijo...

La verdad es que sí, para mí regresar ahora, en las condiciones en que me encuentro, sería como volver con el rabo entre las patas y no quiero pasar por eso.
Cambié una vida de comodidades (y hasta lujos) por otra que no lo ha sido tanto, pensé que mi vida aquí sería distinta y me he estrellado con una realidad que no me gusta, por eso no quiero regresar y menos sola.

En cuanto a la separación temporal, nosotros ya estamos curtidos en esa materia, la última duró casi dos años y medio y puedo asegurarte que nuestro amor no disminuyó ni un ápice durante ese lapso y nos mantuvimos fieles y comprometidos con la relación, pero ahora no sé, como digo en el post, los años van pesando...

Respecto a los amigos ya veremos, no me gusta acudir a ellos para molestarlos, pero dicen que en los malos momentos es que sabes realmente con quien puedes contar. Y el trabajo es claro que hasta tanto no tenga algo fijo allí y con un salario decente, ni siquiera me planteo el hacer las maletas.

Gracias por estar siempre y dejarme sentirte cercano.

Besos cargados de energía positiva