No sé si un álter ego que tengo me hace gracia, o me produce pena...
Es curioso comprobar como cuando me muestro de una manera diferente, consciente que esa personalidad será una especie de cebo para tanto salido que pulula por aquí, no me equivoco ni un ápice. Pero por desgracia para ellos, o para mí, pues no estoy segura quienes son los damnificados, ya no estoy para esos trotes.
A raíz de un hecho puntual que me descolocó unos días, hice el intento de dar rienda suelta a esa nueva personalidad, así que a un par de ellos les seguí la corriente... NADA.
No sé si es que mi libido ya se extinguió para siempre, (no creo) o que el último cibernauta que me hizo estremecer dejó el listón demasiado alto, debe ser eso, porque aunque las comparaciones son odiosas, siempre estaba cotejando lo dicho por mis nuevos ciber-amigos, con las palabras de aquel Jano perdido, aquellas que me producían un corrientazo que me recorría entera y me hacían estremecer.
He decidido que no renunciaré a mi nuevo álter ego, pero de ahora en adelante quedará circunscrito sólo a publicaciones puntuales, los salidos que se apañen en otros lares...