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jueves, 11 de noviembre de 2010

Anestesia

A veces pienso que vivimos anestesiados. Y gran parte de ese adormecimiento se debe a nuestra propia incapacidad para reconocer la fuente y la causa del analgésico. Puede ser que le tenemos miedo al dolor y en consecuencia buscamos cualquier pretexto para evadir la responsabilidad de enfrentarnos con nuestros propios agentes de angustia.

O tal vez nuestros padres y educadores hicieron todo lo posible para aislarnos de la realidad, ocultando hechos y acontecimientos, que según ellos, podrían perturbar la calma angelical de los “inocentes” niños, que todavía “no entendían” la realidad de las cosas.

El problema es que al crecer seguimos siendo ignorantes de muchas realidades ambientales, familiares, sociales, culturales y psicológicas que nos toman por sorpresa y asaltan nuestra buena fe e inocencia.

Seguimos creyendo en príncipes azules y damiselas encantadoras que oficiarán como excelentes compañeros de viaje. Seguimos soñando con los personajes de celuloide que a través de los medios de comunicación se convierten en el prototipo del éxito. Y seguimos comprando ilusiones y prestigio y fama, al adquirir el computador, teléfono o vehículo de moda, para asegurar la respetabilidad perdida, gracias a que papá y mamá, escuela y maestros, nos enseñaron a preocuparnos demasiado por el qué dirán.

Con la premisa de ganar más para gastar más, esta enorme sociedad de consumo nos anestesia con productos para el placer y la diversión, haciendo que olvidemos por un momento nuestros problemas reales.

No queremos hablar de aquellos temas “prohibidos en familia”. Por ejemplo la proximidad inexorable de la muerte. Entonces todos los miembros del clan huyen espantados con el tema y nadie quiere asumir el compromiso del diálogo relacionado con seguros, herencias, deudas y asuntos pendientes por cerrar.

Otro ejemplo. Cuando se tienen vidas paralelas, con hijos y otros compromisos abordo, y luego como por arte de magia, vienen a reclamar lo que sienten que es propio sorprendiendo a más de uno, sobre todo cuando en el funeral, preguntan quién es aquel o aquella que llora tanto y nadie conoce.

Así mismo temas como la infidelidad, entendida como la existencia de otra persona en la vida de nuestra pareja, que al compartir la intimidad, no sólo sexual sino de diálogo, nos hace partícipes de un triángulo incómodo, que se torna más molesto cuando somos ignorantes, aunque no todos los demás, pues todo el mundo sabe, menos yo. Entonces no queremos hablar del asunto y le echamos tierra o nos hacemos los que no vemos para anestesiar el dolor y pasar invictos aunque desdichados.

O cuando invertimos grandes cantidades de tiempo y dinero en diversiones pasajeras y hasta peligrosas para obtener placer temporal y evitar el encuentro son nosotros mismos.

Estamos anestesiados y la mayoría no lo sabemos… o pretendemos no saberlo para evitar sufrir. Sin embargo el despertar nos ayuda a ver la realidad en otra perspectiva y nos permite actuar desde la conciencia, pues al darnos cuenta, el cambio viene por añadidura y eso tiene su toque de esperanza.

10 comentarios:

Novicia Dalila dijo...

Parce, estoy convencida de que tú no estás anestesiada, así que no sé a qué viene esta paja mental (tan bonita y bien escrita, desde luego).
Yo tampoco lo estoy. Sabes que lo estuve, que mirar para otro lado y engancharme a lo que fuera, a quien fuera, fue en su momento mi manera de alargar ese agilipollamiento mental...
Pero ahora, tú lo sabes, me mantengo absolutamente despierta, con ganas de vivir plenamente, aunque toque sufrir de vez en cuando. Lo acepto con gusto con tal de no perderme nada de esta vida.
Así que, clon mío, ya sabes lo que te toca si por un momento se te ha pasado por la cabeza apoyarla en la almohada para abandonarte al semi-sueño.
Mañana viernes... No te digo más :D


Un beso muy fuerte

florero_plus dijo...

Tienes razón Annie:

- Pretendemos no saber para no sufrir,
- no nos atrevemos a renunciar a lo que tenemos, sea mucho o pco
- no nos atrevemos a pelear por lo que queremos
- ...

tienes razón.

Gracias por tus palabras.

Sergio dijo...

Un post buenísimo, Annie, he reconocido todas las tipologías de enfermos espirituales o las he recordado en personas que conozco y hasta en mí mismo(algunas). Y muy bien escrito. En la revista Mente sana, la del Bucay, se deben estar perdiendo una buena articulista.
Volviendo al post, lo de ser conscientes es posible durante un rato pero si estás metido en mitad de una rutina aplastante te cuesta mucho más esfuerzo despertar. Pero sí, no nos queda otra que la consciencia para saber por qué hacemos lo que hacemos. Si no pensamos sobre nada esa es la sabiduria que obtenemos, ninguna.
Hay que encarar el problema. Se sufre un poco encarándolo. Se sufre siempre mirando para otro lado. Besos ya embrujados por tu brujería.

Geraldine, dijo...

un poco superados por tanta cosa para comprar...es como dice el dicho, ojos que no ve...corazon que no siente.

Dr.Mikel dijo...

A veces como en el buceo es necesario sufrir una ligera narcosis, algo asi como la alteración reversible del estado de conciencia de un individuo, sino seria insoportable aguantar ciertas presiones.

Annie dijo...

Mi querida Parce pues aunque no lo creas a veces me inyecto anestesia hasta para tumbar un caballo, que no parezca anestesiada es porque se me da muy bien mi rol de actriz jejeje

Pero tienes mucha razón cuando afirmas que somos clones (eso lo primero) y que ahora las dos estamos en la tónica de no perdernos nada de la vida que nos tocó vivir...

Un fuerte abrazo y mi cariño por siempre

Annie dijo...

Florero gracias a ti por asomarte a esta ventana...

Besos brujos

Annie dijo...

Hou has de saber que desde que leí tu comentario no he vuelto a utilizar rubor cuando me maquillo... Pero ya quisiera que lo escrito en este post fuera obra mía en su integridad, o mejor dicho, que fuera algo que se me hubiera ocurrido sin más y lo escribiera de un tirón, pero no es así, estas líneas las escribo después de leer aquí y allá y pulir mucho jejejeje Así que de columnista nada de nada, de hecho lo tendría muy peliagudo si tuviera que escribir cumpliendo plazos de entrega.

Personalmente sólo un aspecto en mi vida lo tengo completamente anestesiado y es hablar un determinado tema con mi marido, sé que si lo abordamos terminaremos mal, así que en ese caso prefiero no despertarme...

Un beso mágico y agradecido por tu piropo

Annie dijo...

Geraldine de acuerdo contigo hasta cierto punto, porque no se debe olvidar que entre cielo y tierra no hay nada oculto...

Besitos brujos

Annie dijo...

Así es Doc, hay presiones(léase dolores o problemas) que a veces sentimos que no somos capaces de soportar, es cuando el apelar a anestesiarnos es la única posibilidad que nos queda...

Besos brujos